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Cambios hormonales en nuestra piel

Desde nuestra pubertad, todas hemos vivido mensualmente ese “granito de la regla” que nos ha aparecido normalmente en la barbilla, nariz o frente. Y aunque esto suene a mito, esconde una verdad absoluta: los cambios hormonales afectan directamente a nuestra piel, ya que durante la fase lútea, entre la ovulación y la menstruación, se produce un aumento de la progesterona que desencadena la aparición de grasa y agrava el acné.

Estas hormona, la progesterona, unida a los estrógenos y los andrógenos, además de engrosar la piel estimulan las glándulas sebáceas incrementando la producción de grasa en zonas como la cara, la espalda o el pecho… Por eso, en nuestra adolescencia muchas de nosotras sufrimos el bien conocido “acné juvenil”, que no es otro que ese aumento de sebo que va unido a los cambios hormonales que empieza a experimentar nuestro cuerpo.

Pero los cambios en la piel no sólo van unidos con acné. Según pasa el tiempo, las variaciones de hormonas van causando cambios en nuestra piel. Cuando nos acercamos a la menopausia, los estrógenos van disminuyendo a lo que se traduce en flacidez y sequedad, que unido a que el recambio celular es más lento vamos perdiendo elastina y colágeno, lo que hace marcar más las arrugas. En estos cambios no podemos olvidar a las personas que se quedan embarazadas, momento en el que el cuerpo sufre un mayor cambio hormonal. Donde algunas mujeres tienen la suerte de poder disfrutar de una piel jugosa, suave y uniforme durante casi nueve meses…, otras experimentan brotes de acné, picores, dermatitis y la aparición de manchas en la piel irreversibles.

Veamos a ver a continuación cómo cada etapa de la vida altera nuestra piel y los cuidados que debemos tener en cada momento:

Pubertad

Es el momento de mayor producción de estrógenos y andrógenos, como la conocida testosterona. Los primeros actúan en la piel favoreciendo la aparición de colágeno y elastina (las proteínas que aportan resistencia y elasticidad a la piel), facilitando la regeneración celular y la capacidad de hidratación natural.

En esta etapa, la testosterona es la causante de poros abiertos y un aumento considerable de sebo que da como resultado la aparición de granitos e imperfecciones. Para combatir estos cambios hormonales, los adolescentes deben tomar tres medidas: limpiar la piel para eliminar el exceso de grasa, exfoliarla para cerrar los poros e hidratarla suavemente con una crema ligera. Recordemos que hidratar no es lo mismo que engrasar.

Embarazo

En este momento, la mujer se enfrenta de nuevo a uno de los mayores cambios hormonales de su vida. La piel de cada mujer es diferente: unas ven cómo su piel y su cabello desprenden luminosidad. En cambio, otras experimentan una gran cantidad de transformaciones como una decoloración irregular en su piel, manchas, acné…

La mejor manera de combatir estos cambios es utilizar en todo momento una buena crema protectora y re-aplicarla cada dos horas. Además de limpiar la piel y exfoliarla, así como mantenerla hidratada cada persona según sus necesidades y acorde a los cambios que su cuerpo esté experimentando.

Menopausia

El tercer cambio hormonal que sufre la mujer a lo largo de su vida. En este momento, la producción de estrógenos y progesterona sufre una reducción drástica, lo que se traduce en poros obstruidos, sequedad en la piel, pérdida de elasticidad, tersura y firmeza debido a la reducción de producción de colágeno.

La manera de paliar estos efectos en las pieles maduras es el uso de un tratamiento cosmético facial adecuado para combatir la pérdida de colágeno, la elasticidad, las arrugas profundas y la sequedad.

La tiroides, esa gran desconocida

La tiroides es una glándula que afecta al sistema endocrino y hormonal, y si está alterada (hipo o hipertiroidismo) afecta notablemente en la piel. Tanto es así que los médicos pueden detectar un problema en la tiroides al apreciar la piel del paciente.

El Hipertiroidismo es un aumento de la actividad de la glándula tiroideo, lo que se traduce en un aumento considerable de la producción de hormonas. Esta alteración se manifiesta en la piel mostrándola húmeda, lisa, algo caliente, con una textura suave y un enrojecimiento en la palma de las manos y facial.

Por el contrario, el hipotiroidismo, que es la disminución de la actividad de la glándula tiroides, reduce considerablemente la producción de hormonas. Esta disminución se traduce en que la piel suele tornarse pálida, una sequedad notable en la piel y disminución del sudor. 

Estas razones y otras que acompañan a que nuestra tiroides esté mal controlada, hace necesario que tengamos vigilada nuestra glándula por la manera que afecta en nuestra piel y organismo.

Por eso desde Origival Cosmetics, consideramos que la piel sufre grandes transformaciones con cambios hormonales a lo largo de nuestra vida y debemos cuidarla adecuadamente en todas las etapas: con el uso de limpiadores que no intoxiquen nuestra piel y poros, y además la hidraten, y con productos cosméticos que aporten en cada momento las sustancias necesarias de manera natural. Así lograremos que penetren en las capas más profundas de nuestra piel, equilibrando lo que nuestro sistema hormonal nos desestabiliza.