¿Sabías que los restos de maquillaje o impurezas que quedan adheridos a nuestra piel al cabo del día impiden que se puedan absorber correctamente los productos que aplicamos en nuestra rutina de belleza diaria? Si quieres tener una piel bonita y luminosa, debes limpiar tu piel diariamente y utilizar cosmética natural.
Las pieles que no se limpian como se debe, no están preparadas para absorber bien las cremas y lociones que aplicamos para su cuidado, disminuyendo su eficacia en las capas más profundas de la piel.
La piel de cara y cuello está expuesta a las inclemencias climatológicas, a la contaminación y al maquillaje. La limpieza es fundamental para lucir una tez perfecta, devolver la luz a las pieles más apagadas y prevenir la aparición de los signos de la edad.
Lo primero que debes saber para llevar a cabo una limpieza correcta es conocer tu tipo de piel, porque no todas las pieles son iguales. En el post Los 5 tipos de piel y los cuidados que necesitan, podrás encontrar las peculiaridades de cada una.
Una correcta rutina de higiene facial debe llevarse a cabo por la mañana y por la noche, antes de aplicar los demás tratamientos para hidratar la piel. Si eres constante comprobarás pronto los resultados y beneficios en tu piel.
Al llegar a casa al final del día, te hayas maquillado o no, es importante limpiar tu piel con un producto indicado para ello. Protegerá tu pH neutro y así la mantendrá joven durante más tiempo.
Es un error pensar que si no te has maquillado no tienes que limpiar tu rostro. La contaminación, el propio sudor, e incluso el resto de los productos que te hayas aplicado en tu rutina de belleza matinal, afectan negativamente a la piel.
Si has usado maquillaje, deberás utilizar un limpiador que lo disuelva, pero que no irrite la zona, ni altere su pH.
Una exfoliación una o dos veces a la semana, con suavidad en las zonas más delicadas, te ayudará a suavizar tu piel y a eliminar las células muertas.
La piel de forma natural produce sebo. Se regenera mientras descansamos por la noche y produce células muertas que se localizan en la capa más superficial de la piel. Hay que retirar esas impurezas con una correcta rutina higienizante que la mantenga limpia.
Limpiar tu piel de forma correcta evita que se obstruyan los poros y desequilibrar el manto lípido de la dermis. Los tratamientos que utilices en tu rutina de belleza serán más efectivos, consiguiendo una magnífica hidratación en las capas más profundas de la piel. Y además, mantienes sus niveles de humedad y oxígeno en orden.
Las micelas son una formación de moléculas de estructura bipolar, capaces de transportar moléculas insolubles en un medio acuoso. Por un lado, atraen el agua y, por otro, la repelen. Es decir, el jabón disuelve en agua las moléculas insolubles, como las grasas.
La espuma micelar de Origival Cosmetics proporciona una limpieza profunda, reforzando la hidratación y la elasticidad de la piel. Formulada con principios activos 100% naturales como el Aceite de Oliva Virgen Extra, hidratante natural con gran poder desmaquillante. La combinación de los extractos cítricos antioxidantes Sharon Biomix Eco y la actuación de Genencare Osms Ba que controla el equilibrio del agua de las células vivas reteniendo la humedad en la piel.
Recuerda utilizar agua templada para aclarar tu piel. Si está demasiado fría o caliente, puede dañar tu dermis, sobre todo en las zonas más sensibles como el contorno de ojos y labios.
Después de limpiar tu piel, a la hora de secar tu rostro, no restriegues la toalla. Da pequeños toques para no dañar la piel del rostro y estimular la circulación del rostro.
