La piel y los excesos navideños

Debes preparar tu piel con un plan detox para todo el organismo. La resaca de la piel o inflamación del rostro puede durar días. Para evitarlo, hay que disfrutar de los caprichos de forma moderada y seguir una dieta antiinflamatoria que ayude al equilibrio entre la piel y el resto del organismo.

1. Si te habías preguntado si los nervios y el estrés que generan tantas fiestas, regalos y reencuentros con la familia, afectan a tu piel, la respuesta es afirmativa. La ansiedad afecta a las glándulas suprarrenales provocando un aumento de la cantidad de cortisol y de adrenalina. Además, hace que disminuyan nuestras defensas, dejando vía libre a la aparición de acné, urticaria y brotes de soriasis. Primero, intenta bajar el ritmo y relájate con un buen baño con unas gotas de lavanda. Masajea con movimientos circulares tu cuerpo con un guante de crin y tu rostro con un mini guante de silicona. Activarás la microcirculación, retirarás células muertas y conseguirás que los tratamientos de belleza que utilices posteriormente actúen más profundamente.
2. Recuerda limpiar la piel de cara, cuello y escote con tratamientos de belleza con principios activos adecuados para tu edad y tipo de piel todas las mañanas y noches. Es fundamental incluir este gesto en la rutina de belleza diaria, y más aún con tanta fiesta, ya que retirarás células muertas, impurezas y limpiarás a fondo tu piel.
3. Aplícate una mascarilla casera o cualquiera de las que puedes encontrar en el mercado adecuada para tu tipo de piel una vez a la semana.
4. Descansa lo que verdaderamente necesites. Las horas de sueño se reducen inevitablemente a medida que se cumplen años, pero debes intentar llegar a las ocho horas diarias. Las células del cuerpo y de la piel se regeneran mientras descansamos, si no descansamos lo suficiente la renovación se ralentiza produciéndose sequedad, ojeras y bolsas.
5. La conocida frase Somos lo que comemos es la indicada para recordarnos que debemos comer con mesura y, si nos pasamos, porque así suele ocurrir en las fiestas, al día siguiente debemos ingerir comidas ligeras. La nutricionista y dietista Patricia Ibáñez, añade que “las comidas copiosas y elaboradas suelen estar preparadas con cantidades altas de sal. Son ricas en grasas, sal y azucares, por lo que afectarán al hígado, dificultando la eliminación de toxinas y favoreciendo la aparición de acné, arrugas y pérdida de elasticidad”. Evita los alimentos ricos en azucares, como los zumos, la bollería y pastelería y los productos procesados, porque el azúcar se adhiere a las fibras de colágeno y hacen que pierdan elasticidad, además de favorecer el envejecimiento de las células. “Para mitigar los síntomas de los excesos hay que hacer una rehidratación con cantidades altas de agua y una dieta rica en frutas y verduras que nos aporten vitaminas y antioxidantes”, completa Ibáñez.
6. Evita o reduce la ingesta de alcohol, porque por su efecto diurético la piel queda apagada y seca, aumentando la formación de arrugas, manchas y produciéndose la consecuente pérdida de elasticidad. Además, es vasodilatador, favoreciendo la aparición de venitas rojas. Si eres de los que piensan que la resaca se quita con otra copa, estás muy equivocado. Ibañez asegura que “es un mito, porque lo único que consigues es agravar los efectos del alcohol. Los metabolitos del alcohol dañan la membrana plasmática, produciendo una reacción inflamatoria en las células”. La mejor opción de alcohol es una copa de vino tinto ya que contiene polifenoles, que actúan como antioxidantes y protegen el organismo.
7. Protege la piel de los cambios de temperatura con ropa de abrigo, antes de salir a la calle. Estimula la producción de proteínas e hidratación dérmica con una buena crema de día por las mañanas y con sérum por las noches, para incrementar la síntesis de colágeno y elastina, y conseguir más firmeza en la piel.
8. No fumes: la inhalación de una calada genera en los pulmones más de un billón de radicales libres, activando a los glóbulos blancos, y produciendo una respuesta inflamatoria en el corazón y resto de órganos del cuerpo.